
¿Qué riesgos tiene la melatonina?
Melatonina
- Por Cómo dormir bien /
- 28/08/2025 @ 20:21:06 /
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Melatonina: más allá de su reputación como “hormona natural del sueño”
La melatonina, sintetizada de forma endógena por la glándula pineal, regula el ciclo circadiano y la señalización entre la luz y la oscuridad. Desde su comercialización como suplemento, se ha convertido en una alternativa popular frente a los hipnóticos tradicionales. Sin embargo, el hecho de ser una sustancia “natural” no la convierte en inocua. Su uso fuera de supervisión médica puede acarrear riesgos documentados que conviene entender con precisión.
Efectos secundarios frecuentes en el consumo de melatonina
Entre los efectos adversos más descritos destacan la somnolencia diurna, la cefalea y la sensación de mareo. Estos síntomas suelen aparecer con dosis superiores a 1 mg, aunque la sensibilidad varía según la persona. En términos prácticos, alguien que toma melatonina para dormir mejor puede experimentar al día siguiente una disminución del estado de alerta comparable a manejar tras haber dormido poco.
Otro efecto común es la fatiga generalizada, que puede confundirse con el insomnio que originalmente se pretendía tratar. Esto genera un círculo vicioso: el usuario aumenta la dosis buscando eficacia, mientras los efectos secundarios se intensifican.
Alteraciones gastrointestinales asociadas al suplemento
La literatura clínica también registra efectos sobre el tracto digestivo. Náuseas, dolor abdominal leve y diarrea han sido descritos en pacientes bajo suplementación prolongada. Estas manifestaciones, aunque no suelen ser graves, interfieren con la calidad de vida y tienden a pasar desapercibidas porque se atribuyen a la dieta o al estrés.
Riesgo de interacción con medicamentos
Uno de los puntos más críticos es la interacción farmacológica. La melatonina puede potenciar el efecto de anticoagulantes orales como la warfarina, incrementando el riesgo de hemorragias. También interfiere con inmunosupresores en pacientes trasplantados, lo que podría comprometer la eficacia del tratamiento.
En el terreno de la psiquiatría, la combinación con antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS) puede alterar la arquitectura del sueño y, en algunos casos, precipitar síntomas de ansiedad. Incluso fármacos de uso común, como los antihipertensivos, pueden modificar su efecto al combinarse con melatonina, elevando o reduciendo la presión arterial de forma inesperada.
Impacto en la presión arterial y el sistema cardiovascular
Algunos estudios han reportado que la melatonina, administrada en horarios inadecuados, puede inducir hipotensión nocturna excesiva. Esto representa un problema particular en pacientes con tratamiento antihipertensivo, donde el riesgo de síncope aumenta. En paralelo, existe evidencia de variabilidad interindividual: en ciertos casos la melatonina provoca un ligero aumento de la presión arterial en lugar de una disminución, lo que dificulta la predicción de sus efectos en personas con enfermedades cardiovasculares.
Trastornos hormonales y endocrinos vinculados al uso prolongado
Al ser una hormona, su administración exógena puede alterar el equilibrio endocrino. En mujeres, se ha descrito irregularidad menstrual vinculada a la inhibición de gonadotropinas. En varones, algunos estudios señalan una leve reducción de la testosterona sérica tras suplementación crónica, aunque la evidencia aún es limitada.
El principal riesgo es la disrupción del eje circadiano-endocrino, que afecta a la secreción de cortisol y a la producción de hormonas tiroideas. Si bien estas alteraciones suelen revertirse al suspender el suplemento, su aparición pone en duda la seguridad de un uso prolongado sin control médico.
Somnolencia residual y deterioro cognitivo transitorio
Un efecto documentado con relevancia práctica es la somnolencia residual. Consumir melatonina en dosis elevadas o en horarios inadecuados puede dejar una “resaca farmacológica” al día siguiente. Esto se traduce en lentitud mental, reflejos disminuidos y reducción de la memoria de trabajo. Para un conductor, un médico de guardia o un estudiante, estas secuelas son equivalentes a haber dormido solo cuatro horas.
Riesgos en poblaciones específicas: niños, embarazadas y adultos mayores
En niños, la melatonina se prescribe en casos de trastornos del neurodesarrollo como el autismo. Sin embargo, el riesgo principal es la falta de datos sobre efectos a largo plazo en crecimiento y pubertad. La hormona está implicada en la maduración gonadal, por lo que su uso indiscriminado en edades tempranas podría alterar la cronología puberal.
En mujeres embarazadas y en periodo de lactancia no se recomienda, dado que no existen estudios suficientes que respalden su seguridad. En adultos mayores, donde el metabolismo hepático es más lento, el suplemento tiende a acumularse y prolongar sus efectos, incrementando el riesgo de caídas nocturnas.
Variabilidad en la pureza y dosificación de los suplementos
Un factor de riesgo añadido no depende de la sustancia en sí, sino del mercado. Varios análisis de laboratorio han demostrado que los suplementos de melatonina disponibles en farmacias y tiendas naturistas presentan una variabilidad en la concentración real del compuesto, llegando a contener entre un 80% menos y un 400% más de lo indicado en la etiqueta.
Esto expone al consumidor a un doble riesgo: subdosificación que anula el efecto esperado o sobredosificación que aumenta la probabilidad de efectos adversos. La ausencia de regulación estricta convierte a la melatonina en un suplemento con margen de incertidumbre significativa.
Tolerancia y dependencia psicológica
Aunque la melatonina no genera adicción física en el sentido clásico de los hipnóticos benzodiacepínicos, sí puede inducir dependencia psicológica. El usuario llega a creer que no puede dormir sin ingerir la cápsula. Esta expectativa condiciona la higiene del sueño y cronifica la dificultad para dormir de manera natural. Además, la tolerancia parcial obliga a incrementar la dosis con el tiempo, reproduciendo patrones similares a otros fármacos sedantes.
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